Por Salvador Narváez, Diana Laura Sánchez, Carlos Barriga y Diana González
Los manglares son considerados como uno de los ecosistemas más productivos del planeta por generar gran cantidad de materia orgánica (en forma de hojarasca, flores, frutos, propágulos, madera y corteza), la cual forma parte de una compleja red ecosistémica de organismos que tienen importancia comercial y sustentan importantes actividades económicas como pesquerías locales y regionales. La mezcla de agua marina y el aporte de nutrientes provenientes de flujos de agua dulce continentales genera una alta productividad y diversidad biológica, lo cual genera su importancia ecológica y económica (López Portillo et al., 2011).
En México, se tiene registro de las siguientes especies: Mangle Rojo (Rhizophora mangle), Mangle Blanco (Laguncularia racemosa), Mangle negro (Avicennia germinans), Mangle Botoncillo (Conocarpus erectus, con una variedad, C. erectus var. sericeus), Mangle Bicolor (Avicennia bicolor) y Mangle Caballero (Rhizophora harrisonii). Las primeras cuatro especies son las predominantes en el territorio nacional y se encuentran protegidas bajo la categoría de amenazadas (A) de acuerdo con la NOM-SEMARNAT-059-2010.
Por un lado, benefician a la biodiversidad actuando como zonas de alimentación, refugio, reproducción y desarrollo de especies de crustáceos y peces, controlan la erosión de las costas, mejoran la calidad del agua debido a que funcionan como filtro biológico, contribuyen al mantenimiento de procesos naturales como: los cambios del nivel del mar, sedimentación, refugio de flora y fauna acuática e hidrófila. Poseen un alto valor estético, recreativo y de investigación (Valderrama-Landeros et al. 2017, CONABIO 2009).
Estos ecosistemas costeros tienen la capacidad de almacenar cinco veces más carbono que muchos bosques tropicales. Son tolerantes a condiciones extremas de salinidad, a inundaciones permanentes o temporales, a la falta de oxígeno en el suelo y agua, y a suelos inestables. Representan hábitat y refugio natural para una gran diversidad de especies de reptiles, insectos, peces, entre otros, así como diversas especies de aves residentes y migratorias.
Los manglares desempeñan una función clave en la protección de las costas contra la erosión provocada por el viento y el oleaje. También forman barreras naturales contra los huracanes. El desarrollo y seguimiento de programas de saneamiento, restauración y rehabilitación de este ecosistema es indispensable para garantizar su prevalencia en la Tierra, así como asegurar los servicios y recursos que brindan a la sociedad.
Debemos informarnos y generar una conciencia activa en pro de los manglares.
Comenzar a realizar acciones evitando tirar residuos en estas zonas y contribuir a su cuidado.
Si vives cerca de un manglar ¡Protégelo! por la conservación en México.
Comentarios