“Mujer” es pasión, compromiso, amor, fuerza, voluntad, trabajo duro, entrega y muchos adjetivos más que hoy queremos resaltar.
Nuestro compromiso en Pronatura Noreste será siempre el de lograr una armonía entre la sociedad y la naturaleza con el fin de preservar nuestras especies y a su vez, contribuir a la conservación de nuestros ecosistemas, para ello hemos trabajado con diferentes sectores y comunidades de la sociedad, y hoy queremos compartir contigo el arduo y hermoso trabajo que hemos realizado de la mano de nuestro equipo profesional femenino y las mujeres que han confiado en nuestros proyectos, en ellas mismas y en sus capacidades: las mujeres de nuestras comunidades en el noreste de México.
Involucrar a las mujeres en temas de conservación ha sido un camino largo y un claro ejemplo de perseverancia y compromiso, tanto por el medio ambiente como por la igualdad de género en el sector, es el de nuestra compañera Maricruz López, quien ha dedicado gran parte de su estancia en Pronatura Noreste a trabajar e impulsar el desarrollo de las mujeres en temas de conservación:
“Desde mi experiencia, en el año 2007 es cuando comienza el despunte en México en temas de inclusión. (…) Recuerdo que en ese tiempo la CONANP con el programa PRODERS (hoy PROCODES) comenzaba a darle apertura a proyectos que incluyeran a mujeres en las comunidades, y por su parte, el Instituto Nacional de la Mujer en conjunto con la SEMARNAT lanzó un programa a nivel nacional que se llamaba “Equidad de Género”, con presupuestos cortos, pero enfocados en temas ambientales y directamente a mujeres. (…) Es en este punto, en el que Pronatura Noreste comienza a tener una mayor participación en esta área, apostando principalmente a los proyectos de construcción de viveros, liderados completamente por mujeres en el Parque Nacional Cumbres de Monterrey.”
Fue en esa época cuando comenzó un cambio significativo en el abanico de oportunidades para la mujer, pues programas dedicados a las jornadas de limpieza en las comunidades, que antes eran exclusivas de los hombres, comenzaron a realizarse por mujeres.
“A lo largo de mi carrera profesional en Pronatura Noreste, hemos podido beneficiar aproximadamente a 150 mujeres. Ha sido un camino lleno de mucho enriquecimiento personal, pues podría decirse que, independientemente de lo laboral, los logros que me llevo a nivel de experiencia de vida son los de ver crecer y desarrollarse a las mujeres de los ejidos; poder observar la manera en la que se empoderan y se dan cuenta que su trabajo está obteniendo frutos, y que justamente es el resultado de su esfuerzo, de su trabajo diario a pesar de las adversidades (…) eso es lo que me nutre de manera personal y lo que me impulsa a seguir trabajando con ellas. Al paso del tiempo, dejar consolidado el trabajo y los viveros y soltar la riendas del proyecto para que ellas mismas sean las que sigan haciéndolo crecer es una satisfacción que he tenido la fortuna de poder experimentar.
Pienso que en Pronatura Noreste hemos logrado acercarnos a la gente de los ejidos o de las comunidades, gracias a la empatía que hemos podido generar con ellos, pues tanto yo, Técnico Campo, como ellas, somos mujeres con los mismos intereses, con las mismas capacidades; es muy gratificante cuando logras traspasar las barreras y se logra generar una conexión más allá de lo profesional.” Maricruz López, Pronatura Noreste.
Otro de los grandes antecedentes para la apertura en temas de conservación para la mujer en México, es el programa de SEMARNAT de igualdad de género para pueblos indígenas en convenio nacional con INMUJERES (Instituto Nacional de la Mujer). Este programa tenía como objetivo llegar a las mujeres de comunidades rurales e involucrarlas en temas ambientales. En ese tiempo comenzaban también los proyectos de agua enfocados a captación de agua de lluvia para uso doméstico.
“Fue gracias a este proyecto (Igualdad de género para pueblos indígenas) que pudimos trabajar con la Tribu de Negros Mascogos, en Coahuila, México.
Y aunque en un principio construyeron un vivero pequeño, su principal interés y en lo que se han destacado es en la herbolaria. (…) Entre sus productos más exitosos tienen un shampoo de romero, una pomada de árnica y un talco de gobernadora que son buenísimos.” Maricruz López, Coordinadora en Pronatura Noreste.
Si bien es cierto que se han creado diversos proyectos en temas de conservación a lo largo de todos estos años y con diferentes comunidades, actualmente nos encontramos trabajando con dos Ejidos, el de Santa Eulalia y el del Remolino:
MUJERES DEL EJIDO SANTA EULALIA
Cabe resaltar que este es el segundo ejido más grande de México y que entre sus principales acciones han trabajado para la restauración de la Serranía del Burro en Coahuila, México. Construyeron en conjunto con Pronatura Noreste un vivero en su comunidad llamado: “Vivero Santa Eulalia”.
Actualmente, este ejido cuenta con la primera mujer Presidenta del Comisariado Ejidal en Santa Eulalia, su nombre es Nidia López.
MUJERES DEL EJIDO EL REMOLINO
Han trabajado por mantener sus viveros durante 10 años en conjunto con Pronatura Noreste, convirtiéndose en mujeres emprendedoras.
Entre sus principales logros están la construcción del Vivero San Rodrigo, han contribuido a la restauración del río San Rodrigo en Coahuila, México. Y actualmente, continúan generando plántulas en su vivero para restaurar la Serranía del Burro.
Si bien el camino no ha sido nada fácil pues se ha tenido que luchar contra los estereotipos y el machismo latente, hemos aprendido que la fortaleza con la que una mujer lucha por obtener un lugar en los programas ambientales que además del sustento económico que le representa poder otorgarle a su familia una mejor calidad de vida; obtiene empoderamiento, confianza en sí misma, un cambio de vida y la satisfacción de darse cuenta que es capaz de ser independiente como mujer.
"Lucha por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres." Rosa Luxemburgo